La chaya es un arbusto que crece en el sureste mexicano principalmente en Yucatán con el que se preparan muchos platillos tradicionales de la región.
La chaya tiene mayores propiedades que la espinaca, amaranto, col y lechuga. Entre sus nutrientes destaca el hierro, proteína, fibra, calcio, potasio, vitaminas A y C.
Entre sus compuestos también tienen carotenoides, los cuales actúan como antioxidantes protegiendo a las células de los radicales libres.
Este nutriente también se convierte en vitamina A, necesaria para la visión nocturna y la salud de la piel. Ademas cuenta con una gama de propiedades curativas, no sólo para controlar la diabetes.
Su consumo más común consiste en degustar sus hojas crudas en ensalada, aunque también pueden ser ingeridas después de una ligera cocción.
Para propósitos medicinales es en forma de té, para lo que se utilizan, principalmente, sus hojas, aunque también se puede preparar infusiones con tallos y raíz.
Lo más recomendable es usar cinco hojas largas de chaya (o más, si son pequeñas), cortarlas en trocitos y cocerlas en un litro de agua, por 20 minutos.
Una vez fría, la infusión puede ser adicionada con unas gotas de lima o sal y tomar tres tazas a lo largo del día.